Nunca pretendió ser un café pero el ScooterWorks se ha convertido en uno de los mejores lugares para disfrutar de un buen capuchino italiano. Además de en uno de los pocos establecimientos donde uno puede pasarse horas y horas leyendo la gran variedad de revistas que se amontonan por su mobiliario de segunda mano.

Cuando abrieron hace ocho años, nadie podía imaginar que el café que servían a los clientes mientras se deleitaban observando los ciclomotores nostálgicos (Vespas, Lambrettas, etc) se iba a hacer conocido por su sabor y el ambiente relajado donde se servía. Pero la máquina de expreso Faema, de 1957, estaba cumpliendo con creces su labor. Poco a poco las visitas crecieron, no tanto para apreciar la mecánica, como para disfrutar de un espacio donde la prisa no existe.

Hoy en día, este garaje coqueto es ya un café en toda regla. Aunque todavía los dueños prefieren verlo como la extensión de su tienda de motos y por eso no sirven comida ni se preocupan demasiado por hacer negocio de ello. Toda una excentricidad en una ciudad como Londres.

http://www.scooterworks-uk.com/

Después de una dura semana de trabajo, acercarse a este clásico pub inglés satisface con creces todos los planes que puedan surgir.

Si vas con amigos a charlar -en plan tranqui-  puedes sentarte, en una tarde sin lluvia, en el jardin y disfrutar de una cerveza bien fría a la orilla de Regent's Canal. En verano puedes contemplar el atardecer mientras los patos y los cisnes nadan por el agua.

Pero si lo que quieres es bailar, en las noches del fin de semana se reúnen al piano, el contrabajo, la batería y la guitarra una vieja banda de jazz local, un grupo de simpáticos setentones que recuerdan viejas canciones.

No pierdas detalle de la decoración, auténticas piezas de museo los platos antiguos y demás objetos kitsch que llenan las paredes de esta taverna. Con una diana de dardos y una clientela de lo más variada, de 25 en adelante, esta cervecería, superviviente de la Segunda Guerra Mundial, se convertirá en una visita obligada en tu ruta de ocio.

En los tiempos en los que Londres no era un lugar sofisticado el Gordon's Wine Bar era un sitio de lo más excéntrico, resultaba totalmente inconcebible que hubiera un

bar" en el que no se sirviesen cervezas. Y es que el bar de vinos más antiguo de Londres, fundado en 1890, continúa siendo hoy fiel a su receta: una larga lista sólo de vinos -de más de siete páginas, eso sí- y para acompañar un menú de comida en el que se recoge una buena selección de quesos. Los mejores y más a la moda vinos franceses (la última inclusión es un Beaujolais), españoles, chilenos, sudafricanos o australianos tienen cabida en la lista, que también incluye champagne para ocasiones especiales.

Las tradiciones continentales tienen ahora más aceptación, aunque el Gordon's Wine Bar sigue conservando parte de su encanto en un establecimiento que respira y rezuma el gusto de lo añejo y con un marcado carácter inglés. En verano es difícil conseguir sitio, incluso en la terraza-jardín que tiene en su parte trasera y que llenan de bullicio los aledaños de la estación de Embankment.

http://www.gordonswinebar.com/

Los pubs con teatro son algo típicamente londinense y The King's Head se encuentra entre sus ejemplos más emblemáticos. Tras 35 años presentando obras en su íntimo escenario, por este lugar han pasado algunos de los actores, escritores y directores más famosos de la dramaturgia británica de los últimos años.

Abierto hasta la una, viernes y sábados hasta las dos, es también un sitio perfecto para tomar una pinta en una de las butacas de madera que iluminan los focos de su curioso decorado teatral. Los fines de semana, además, nunca hay problemas de espacio pues por la noche convierten el teatro en una ampliación del bar. Allí de vez en cuando verás alguna función espontánea o algún famoso que se esconde de los fotógrafos que algunos días esperan a la salida.

Aunque no todo es teatro en este lugar. Los lunes, miércoles y viernes el local se convierte también en una mini sala de conciertos de rock`n`roll, jazz y blues en la que los músicos se mezclan con el público.

Echa un vistazo a su programa en la página:

http://www.kingsheadtheatre.org/

Uno de los clubes de blues más auténticos que ofrece música en directo todas las noches de la semana; sí, has oído bien, ¡todas! En el corazón del Soho, desde 1993 The Blues Bar nos acerca a este tipo de música en una atmósfera cálida.

Podrás entrar gratis si llegas antes de las 20:30 y así te dará tiempo a tomar unas pintas e incluso cenar antes de que empiece el concierto. Relajado y perfecto para conversar con los amigos, a veces la música se anima y hasta puede que te sorprendas bailando.

Curiosamente, el bar celebra en verano un festival de blues en Mijas, en la Costa del Sol con bandas que primero pasan por Londres.

http://www.aintnothinbut.co.uk/

Posiblemente el único lugar de Londres donde sirven litronas de Cruzcampo, además de algunos "platters" bastante españolizados. Pero el encanto del Market Place radica en sus dos ambientes y su programa musical.

Enormes mesas de madera y altos ventanales por los que entra la luz hacen de la planta de arriba un lugar ideal para charlar cualquier día de la semana.

En verano hay una terracita y la plaza se llena de gente. La planta de abajo, oscura y con un par de arcos tipo cueva, suele estar tranquila a primera hora de la tarde para transformarse poco a poco en una concurrida sala, con DJs casi todos los días de la semana y un variado programa con audiencia a la par.

http://www.marketplace-london.com/

Si te apetece una visita a las zonas finas de sonidos siseantes, y poner el énfasis  en la comida y los olores sofisticados, bienvenido a South Kensington, el trozo de Francia en Londres donde se encuentra La Crêperie.

A escasos metros de la estación, uno puede encontrar, en este establecimiento de pequeñas dimensiones, los olores que especian las calles de Paris y los crepes con la dedicación y calidad a la francesa: los hay dulces, en todas las versiones, acompañados con chocolate belga al gusto, puro, blanco o con leche, y crepes especiales, hechos con una harina distinta y de masa un pelín más gruesa, para los platos salados, las famosas galettes. Si no has tenido la oportunidad de degustar nunca este plato, te aconsejamos la tradicional galette francesa, muy popular en el país vecino, con huevos, jamón, champiñones y un poco de cebolla.

Si eres repetidor,  cualquiera de las muchas variedades, dulces o saladas,  que se pueden acompañar con la famosa sidra de la Bretaña, harán las delicias de los que quieran perderse en este pequeño rincón de Francia.  

A pocos metros de la entrada y antes de abrir la puerta de Constancia uno ya siente el familiar olorcito a asado. Argentina para muchos es sinónimo de buena carne y en Constancia de eso saben. La parrilla ocupa casi una pared y el parrillero cumple con lo prometido y la carne sale a punto, jugosa o cocida tal cual como una la pida; no dejen de agregar mucho chimichurri. Las empanadas – preparen la servilleta porque son jugosas –, la provoleta, los chorizos y las morcillas; todo es fresco, deliciosamente preparado y acompañado de una buena variedad de vinos argentinos. El cheesecake de dulce de leche para chuparse los dedos… Constancia acaba de llegar – abrió hace una semana – pero esperamos que se quede mucho tiempo.

http://www.constancia.co.uk

El Aguajal presume de sus especialidades de la Amazonia peruana, sin embargo, sus platos más tradicionales, como el ceviche de pescado o la jalea de mariscos, no les tienen nada que envidiar. Situado en el centro de Dalston, el restaurante abrió hace cuatro años y se ha convertido en un sitio perfecto para disfrutar de la comida del Perú. Su nombre proviene de la fruta de una palmera de los pantanos de la selva y evoca la cocina de esta región: aguajal chaufa, bebida de raíces de chuchuhuasi, bananas verdes fritas, juanes de gallina o tacacho con chorizo y cecina. Como final, puedes probar el licor de Pisco o uno de los cócteles exóticos que tienen en el menú.

http://www.elaguajal.co.uk