Encontrar nombres con acento español en la programación del Southbank Centre no es frecuente, aunque tampoco insólito.
Sin embargo, el repertorio de Teatro Corsario, una compañía vallisoletana que ha dado a los espectáculos de marionetas un esplendor renovado, poco tiene de frecuente y mucho de insólito.
Jesús Peña, director de La Maldición de Poe, que se representó en Londres del 14 al 19 de enero, dentro de la programación del Festival de Mimo que cada año acoge el Southbank Centre, explica a El Colectivo Londres qué se siente moviendo los hilos de los personajes más terroríficos del padre del romanticismo americano del S. XIX, Edgar Allan Poe. 'La Maldición de Poe' ofrece durante sesenta minutos una galería de personajes en situaciones de pesadilla: un mono loco que afeita a la gente con un cuchillo, un borracho hechizado por un gato…el pequeño Edgar, que va de terror en terror, perseguido por la ley y la mala suerte, culpable por amar a Annabel Lee.
¿Es la primera vez que actuáis en Londres?
Es el tercer espectáculo que presentamos, todos de títeres para adultos, y siempre dentro del London International Mime Festival. El primero fue “Vampyria”, que cuenta la historia de una mujer vampiro, enamorada del hombre que la rescata. Luego fue “Aullidos”, que parte de los cuentos de hadas e incide en la sexualidad de los personajes.
¿Qué expectativas tenéis para La Maldición de Poe?
Esperamos atrapar al espectador en la atmósfera malsana de los relatos de Poe y que salga fascinado de la función.
¿Por qué Poe?
Poe conjuga lo bello y lo terrible como muy pocos han conseguido en la literatura. Al trasladar esos temas al mundo de los títeres surge algo completamente nuevo. Los muñecos llevan las características de los personajes a su terreno, y lo que en los cuentos originales tiene un sentido, aquí adquiere significados insospechados.
¿Hay hueco para el teatro de marionetas en el panorma cultural actual? ¿Y para los subtítulos?
En nuestra compañía, Teatro Corsario, hacemos por una parte teatro clásico con actores, y por otra espectáculos de muñecos. Ambas líneas de trabajo nos acercan a públicos muy dispares, y constatamos que son numerosas las personas que les interesa nuestro trabajo. Creo que un buen espectador no se preocupa por el género al que se adscribe un determinado espectáculo, sino que se fija sobre todo en su calidad. Nosotros lanzamos nuestra oferta a todo tipo de teatros y programaciones culturales.
Es importante señalar que apenas utilizamos las palabras, por lo que tampoco se requiere un esfuerzo de traducción. Aquí importan mucho más las acciones, las imágenes y, por supuesto, la música.
En tiempos de crisis ¿se puede ir al teatro?
En tiempos de crisis el espectador debe establecer sus prioridades en relación a su economía. Los que tenemos esta profesión estamos comprometidos a no decepcionar a las personas que han elegido gastar su dinero en venir a vernos.
¿Qué destacarías de la oferta cultural londinense? ¿Y de su público?
La oferta es inmensa y envidiable. Sobre la particularidad del público londinense no tengo una opinión fundamentada.
Qué sitio no dejas de visitar cuando vienes a Londres
Me encanta pasear por Londres, y siempre vuelvo al Museo Británico: no me canso de recorrerlo con alma de descubridor.