Convertido en símbolo inequívoco de los horrores de la guerra, el Guernica es una de las obras más importantes del siglo XX y el trabajo más elaborado de Picasso, aunque no lo reconociera en su momento. Setenta años más tarde de su paso por Londres, esta obra emblemática vuelve a la galería Whitechapel, donde se presentó por primera vez en 1939.
En realidad, en esta ocasión no se exhibe el original, sino un tapiz de 6,7 metros, que constituye una réplica exacta y a tamaño real de la obra. Autorizado y supervisado por Picasso, el tapiz fue elaborado en París por Jacqueline de la Baume Dürrbach en 1955, después de que el artista reconociera que el Guernica era demasiado frágil para viajar.
La reapertura de la Galería Whitechapel, tras una remodelación en la que se ha adosado el edificio contiguo de la biblioteca; junto con el encargo de la Bloomberg Comission a la artista polaca Goshka Macuga, finalista del controvertido premio Turner 2008; y el inminente cierre para realizar reformas de la sala del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de Nueva York, en donde colgaba el tapiz, han contribuido a que esta instalación, con el Guernica como pieza central, se convirtiera en una memorable realidad.
Un Comité del Partido Comunista (Stepney Trade Union Council) alquiló un espacio en la Whitechapel para exhibir el Guernica en 1939. Picasso quiso hacer un alto en su viaje hacia Nueva York para mostrar la obra a las clases trabajadoras; y qué mejor lugar que esta galería, destacada por su empeño en acercar el arte contemporáneo a la comunidad multiétnica del este de Londres.
La exhibición estuvo rodeada de numerosos actos políticos y sociales. Clement Attlee, parlamentario del partido laborista y futuro primer ministro británico, dio el discurso inaugural flanqueado por miembros de las Brigadas Internacionales. Al público se le pidió que donara por entrada un par de botas, que se situaron bajo la obra, y al final se recogieron unos 400 pares que fueron enviados a las fuerzas republicanas españolas. Mientras, algunos se alistaron como voluntarios y fueron a luchar contra las tropas de Franco.
Goshka Macuga reabre la galería con una muestra que se inspira en las relaciones entre arte, guerra y propaganda. Para ello ha escogido como icono central el histórico momento en el que el Guernica fue presentado en Londres, pero también la más reciente polémica que protagonizó la obra en 2003, cuando el tapiz que se exhibe en las Naciones Unidas fue cubierto con una cortina azul durante el discurso de Colin Powell ante el Consejo de Seguridad en defensa de la guerra contra Irak.
Sus asesores sufrieron un ataque de pánico ante la idea de que Powell fuera retratado ante la icónica obra pacifista mientras daba el discurso. Una escultura del político, en el estilo cubista de Picasso, sosteniendo una probeta símbolo de las armas químicas y de destrucción masiva, que Powell sostuvo durante su discurso, también forma parte de la instalación, mientras que la artista invita a los asistentes a reunirse alrededor de la mesa para discutir sus propios asuntos. Una serie de charlas y debates tendrán lugar en este espacio durante los próximos meses. Películas, periódicos y otros iconos completan la exhibición, que se podrá visitar hasta el 2010.
Posiblemente Rockefeller, dueño del tapiz, se hubiera opuesto a que éste fuera cubierto para el discurso de Powell, olvidando que él y su padre protagonizaron un evento similar cuando pidieron a Diego Rivera que quitase la imagen de Lenin en el mural que estaba pintando en el Rockefeller Center de Nueva York. Los Rockefeller intentaron convencer a Picasso para que pintara el mural, pero acabaron encargándoselo a Diego Rivera. Ante la negativa del autor a alterar su obra, el mural fue cubierto y, posteriormente, destruido. Sin duda, otra muestra más de los lazos que unen guerra, arte y propaganda que simboliza la exhibición de Macuga.
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La muestra se inaugura el 5 de abril y se podrá visitar hasta el 18 de abril de 2010. Gratuita.
La National Gallery también presenta su primera exhibición sobre Picasso, Retando al Pasad.