Más allá de las atarazanas, el observatorio naval y el meridiano que desde hace siglos determina nuestro ritmo horario,  Greenwich atesora un pequeño mercado callejero digno de visitar.

Altamente recomendado por igual para los amantes de las antigüedades y de la historia, al otro lado del Támesis y siempre los fines de semana, es posible disfrutar de un paseo entre los puestos del Mercado de Greenwich. De menor tamaño que Portobello, Borough o Camdem, forma parte del recorrido turístico de esta zona, que incluye el Observatorio, el Museo de la Marina, las cenizas del Cutty Shark o la Casa de la Reina.

Protegido por un diminuto entramado de calles estrechas se erige el mercado cubierto, en el que es posible disfrutar de uno de los mejores ‘sausages and mash’ de la ciudad. Para quien se anime, lo más rápido es coger el DLR desde Canary Wharf hasta Island Gardens y cruzar a pie el túnel que se  esconde bajo el Támesis. Si sufres claustrofobia o simplemente no te apetece caminar, bájate en Greenwich Station.  Hasta aquí llegan los forofos de la comida orgánica los miércoles, coleccionistas y anticuarios los jueves y todo tipo de excursionista y vecinos del este de Londres que se mezclan a lo largo del fin de semana.

Los más sibaritas tienen una cita los sábados de 9:00 a 17:00 en el Broadway Market. Aunque es fundamentalmente un mercado de comida gourmet y especialidades culinarias, entre las hileras de dulces artesanales y frutas y verduras orgánicas se esconden varios secretos de estilista, en forma de boutiques de ropa vintage, diseñadores independientes y sastres a medida.